EL reto del parabrisas

 “No hay nada como sentir al viento en su modalidad de ráfaga”
Me decía un hada de alas curtidas. Y es que, a ella le fascinaba pegarse en los vidrios de los coches cuando éstos iban a gran velocidad.

“Pero, tus antenas, están desiguales, una esta mas chueca que la otra”
 Le criticaba sin poderla entender.

“¡Bah! Eso no importa si puedes hablar con el viento al oído” Me decía pretenciosamente.

Me quedé pensando, yo también tengo alas y me gusta planear con ellas, percibo la brisa y los tornados, pero nunca me había puesto a meditar si acaso hubiera otra manera de comunicarme con el viento.

“Te reto a que lo intentes, ¡mira! Ahí va un camión de pesadas redilas, viajan mas lento, ¡sólo vuela hasta el parabrisas! ¡Y el viento hará el resto, aún cuando no te aferres!” Dijo con emoción.

Un reto, es un reto, y cuando una catarina esta dispuesta a sortear, no hay miedo que detenga la adrenalina.

Entonces me atreví, sentía todo mi cuerpo pegado por completo al vidrio y en el otro extremo, la cara de un anciano feliz por haberme encontrado. No pude saludarlo, y es que tal como lo dijo mi compañera de viaje, el viento en su modalidad de ráfaga, no te permite mover, pero eso si puedes contarle lo que se te antoje, a fin de cuentas los retos no mas sirven de pretexto para demostrarte los sueños que están dormidos en algún parabrisas.

FIN