jueves, 25 de octubre de 2012

SEÑORA LLUVIA


ILUSTRACIÓN DE JOSE RAUL SANCHEZ CEBALLOS

Cuenta una leyenda, que antes de que existiera la lluvia,  el sol se ponía insolente y  acaloradas las mujeres, solían bañarse  en el río con todo y ropa para refrescarse más tiempo.

Y ahí las tenemos, toditas ellas entrando  al fresco lago que seduciéndolas con lengüetazos primero en las rodillas y luego mas arriba hasta el cuello.

Tanto amaban al río, que una de ellas se zambulló por completo, olvidándose de su niño en la cuna, y cuando éste comenzó a llorar, ella acudió corriendo sin importarle que su ropa dejase un camino de gotas saltarinas.

La mujer se asomó a la cuna salpicando la cara de su niño, refrescándolo como ningún abanico pudiera hacerlo - de ahí que nació la señora brisa, que apenas y nos acaricia por el asomo de unas  gotitas frescas-.

Fue entonces que a partir de la señora brisa, todas las mujeres corrieron a exprimirle sus  faldas  a los niños acalorados, desde los que esperan en la cuna hasta los grandecitos que de mal humor esperan su turno para la cena, y si uno de ellos olía a rebaño de ovejas soñolientas, ¡eran presa de grandes faldas  rebosantes de agua fresca que en el lago se cargaban! - de ahí que nació la señora lluvia que desintoxica y aviva los prados, que con su gran rebozo de algodón exprime las nubes desde lo alto porque ha de estar algún niño apestoso, llorón o insolente como el joven sol-.

Por eso, no debes enojarte con la señora lluvia, que lo ve todo y quizá del otro lado del bosque esté lavando un alma sucia que por altanero no la quiso acariciar, así que no temas si oyes truenos y ráfagas, es la señora lluvia que lava a mano su trabajo de verano.

FIN

viernes, 19 de octubre de 2012

EL CANDADITO ORGULLOSO


En mundos así, como el nuestro, donde el hombre roba al hombre, se inventaron unos aditamentos especiales para asegurar las cosas, llamados candados.
Los hay ya de muchos tipos, si el hombre evoluciona, éstos deben evolucionar también, y es que, mientras más formas se inventan para abrirlos, mas candados deben inventarse para así que se cumple un ciclo infinito como el de a lluvia.

Bien pues éste es la historia de un candadito orgulloso que junto con unas  grandes y gruesas cadenas protegían los autos de un edificio justo en la avenida mas grande de la ciudad, si ésa misma que ustedes estas pensando, -si es que son vecinos míos, claro está- y si no lo son, imagínense una avenida llena de autos y gente, que pasan las 24 horas del día y que los ruidos acallados de la media noche no existen.



Bien pues este candadito todas las mañanas era apreciado por su dueño:

“Gracias candadito por cuidarme el auto” Decía el hombre que todas las mañanas muy alegre se iba a trabajar y por las noches, nuevamente el candadito era unido con las cadenas para resguardar el transporte preciado.

“Cadena corriente, ya te estás oxidando” Le dijo un día el candadito orgulloso a su compañera de trabajo mientras aguardaban a su dueño para que los uniera nuevamente.

“Candadito orgulloso, no importa qué color tenga si seguimos cuidando igual de bien” Respondió la cadena ofendida.

Pero el candadito presumido seguía criticando a la cadena oxidada, al árbol que se contoneaba en otoño y que dejaba caer sus hojas al automóvil de su dueño…tanto se quejaba que nadie quiso ser más su amigo.

“Ahí esta el candadito orgulloso, ¡qué bueno que es de noche y tiene la bocasa cerrada uniendo a las cadenas! Así no hablará de lo útil que es en este mundo, es chocante…”

Decían mis amigas las hormigas que se tambaleaban al cruzar las cadenas al transportar su comida.

Hasta que un día, el dinero desapareció, todo, en todos lados era regalado, el ingeniero que armaba autos no cobró ni un centavo mas porque el botánico accedió a publicar su fórmula para hacer mas grandes los tomates en agradecimiento de que el médico no le pidió  ni un céntimo en la operación de los ojos de su niño, quien lo hizo gratis porque estaba demasiado feliz disfrutando del yate que un magnate regaló a la comunidad de la pura alegría de que las tiendas de ropa regalaban todas sus mas finas mercancías ya que la industria textil se puso de fiesta debido a que el casino que tantos borrachos sacaba
se había convertido en un gigante bufete de comida gratis ya que el dueño del casino festejaba que podía volar a todas partes gratis por el resto de su vida ya que los dueños de las aerolíneas también festejaban el regalo de las automotrices por regalaban sus autos…..

¡Ay que cansado fue explicar este ciclo, catarinas y escarabajos,  que es tan simple como el de la lluvia, ¿ahora lo ven?

Así pues, ya no hubo necesidad de usar al candadito orgulloso, ¡nadie tenia necesidad de robar! La cadena oxidada por fin descansó y se dio el tiempo de conocer mas a fondo al árbol bailarín que se volvieron buenos amigos, pero el candadito orgulloso, se quedo así, con la “boca abierta” del coraje, tirado en una esquina esperando vuelvan los viejos tiempos donde el orgullo, el dinero y el poder, lo usen de refuerzo para salvar el sentido capitalista que en otros mundos, los ciegos seguimos persiguiendo.



FIN

sábado, 13 de octubre de 2012

YO NO SE ANDAR EN BICICLETA

Unos bichitos suertudos, se pasean por la ciudad encima de unas flamantes bicicletas, ¿Cómo es que yo, siendo una catarina audaz, no se andar sobre esas dos ruedas?

Pero eso si colegas insectos, sé andar perfectamente en patines, aunque se necesiten 3 pares para mis 6 patitas. Y mucho tiempo no me importó ser una ciclista ignorante, pero ahora que la ciudad esta llena de autos, gritos y contaminación, harto me gustaría andar como ellos, con sus cascos bien puestos escuchando música y sintiendo al amado viento en las mejillas.

Y cada vez que miro hacia la calle, veo a todo tipo de insectos manejando sobre ellas, desde los ciempiés que se las arreglan para pedalear sin enredar sus patas, hasta los mosquitos que son ligeros y van tan rápido como cuando los persigue un matamoscas.

Resultó ser, que un día estaba enfrascada viéndolos con esa envidia "de la buena" que uno suele definir - para no ser lo suficientemente mentiroso ni suficientemente cínico- y noté con asombro cómo una mariposa con un casco dorado pasaba a toda velocidad sobre su bicicleta, tan rápido paladeaba que sus alas comenzaron a agitarse con el viento levantándola por los aires.

"Ea mariposa, ¿necesita ud ayuda?, ¿le envío algún compañero abejorro para que la ayude a bajar con su vehiculo?" Le grité haciendo mi mano en forma de cono para que el sonido llegara más lejos.

Pero la mariposa río.

"No es necesario catarina amiga, la bicicleta es sólo para agarrar un poco el vuelo, para que cargue mis flores en la canastilla y me ayude a hacerme visible para las avispas que van a toda velocidad" 

Oh, pero que mariposa tan práctica, en ese momento, dejé de tenerle tanta envidia a los ciclistas, yo misma podría usar la bicicleta a mi modo, aunque sea de florero o de tendedero, claro está, anotando en mi lista de "cosas por hacer antes de morir" en el número 8 el siguiente pendiente:

"Aprender a andar en bicicleta"

FIN