martes, 24 de julio de 2012

COMO PERDER A UNA AMIGA MARIPOSA SIN MORIR EN EL INTENTO

IMAGEN CREADA POR: JOSE RAUL SANCHEZ CEBALLOS (ilustrador)




Dicen que en algunos lugares, las mariposas parten de donde se les vio mutarse y no vuelven jamás y quien sabe si sea cierto pero una cosa real me ha sucedido, mi mejor amiga mariposa, con la que conviví tantos y tantos años ha partido.

No fue una partida normal, de ésas que despides a la gran compañera hondeando un pañuelo jurando un "hasta luego" en vez de un "hasta nunca", no señor fue un vuelo secreto de ella y sus nuevas amigas donde la despedida fue mas bien el chisme del viento quien las llevó al otro extremo del lago.

Una catarina siempre lo sabe todo, porque es la mejor aliada del viento y  eso nadie debe olvidarlo. Quizá mi amiga mariposa lo sabía y por eso prefirió decírmelo por medio del cómplice mas íntimo.

Sin embargo, insatisfecha pregunté al escarabajo amigo mutuo que teníamos:

"¡Ah si!,  nuestra amiga partió,  pero ¡vuelve cada verano a saludarme!, ¿a ti no?" 
Me decía con inocencia el escarabajo.

Yo, siendo una catarina discreta -o al menos así debo presumirlo- quedé muda asintiendo que en cualquier momento ella atravesará la ventana moteada que enmarca mi salita de visitas para si poder platicar largas tardes como solíamos hacerlo.

Pero nada pasa y seguí buscándola, ahora con la luciérnaga amiga mutua:
"Nada catarina, que ella esta bien, solo que ya no te aguantaba mas. Tu vida llena de puntos  a ella la aturdió, pero no te guarda rencor y es feliz volando en otras ventanas de salitas de visitas".

Lloré como nunca, un duelo de una amiga mariposa siempre es muy duro, ahora lo sé y lo cierto es que como ella, parten miles de amigas mariposas de las cunas donde fueron amigas incondicionales de catarinas, luciérnagas, escarabajos o cualquier otro bicho. 

Y ahora, como buen insecto que vive el duelo de su amiga, dejamos que el viento nos susurre lo feliz que andan y mas allá de sufrir sus ausencias, nos alegramos de que siguen adelante aunque nuestras alas ya no las acompañen.

FIN
A mi amiga mariposa que gracias a su desencuentro las letras volvieron a cobijarme en el letargo de su partida.

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