lunes, 30 de julio de 2012

LOS VIOLINES DE LA NOCHE




En medio de la noche, un zapatazo sonó del otro extremo de la casa.
"¿era acaso que alguien se estaba peleando con el insomnio?"
Me pregunté mientras me acercaba a la habitación problemática.

"¡Ea! Mosco inmundo, lárgate de aquí con ese zumbido infernal"
Gritaba mi padre desconsolado.

Toqué mesuradamente, uno nunca debe abrir las puertas de manera sorpresiva si el que está detrás de la puerta no ha podido pegar un ojo en toda la noche, ya que puede ser acreedor a un ojo morado.

"¿Papi..? ¿te encuentras bien? ¿puedo ayudarte?
Le dije cautelosamente

"Pasa catarina, pasa, tu podrás ayudarme" dijo con piedad.

Resultó que un mosquito muy amigo mío no lo dejaba dormir con el zumbido y al preguntarle al insecto, él se quejaba de lo mismo:

"Él también hace ruidos con su cuerpo! ¡En especial con su boca!"

Los dos reímos pues es verdad,
"¿Qué humano hace menos ruido que un insecto? ¡Ninguno! Ni siquiera los humanos pequeñitos, ésos que aun babean" Comenté
"Y que ¡vaya! lo ruidosos y apestosos que son!" Me respondía el mosquito mientras volábamos hacia el jardín para no despertar a más humanos.

"¡Ah! catarina, pero lo que no sabes de los bebés, es que nosotros, junto con los grillos y cigarras les tocamos canciones de cuna y son los únicos humanos que se duermen con nuestra sonatas nocturnas." Afirmó mi compañero de vuelo y continuó diciendo:

"Verás catarina amiga, es que si te fijas bien nuestro zumbido son los violines de la noche que arrullan al inocente y a quien no le parezca es que ha perdido ese toque dulce de la vida, y es cuando nos atacan con zapatos y sombreros."

Quedé entristecida, "¡pobre papá!" Dije.

"Catarina, no debes preocuparte por tu padre, a ellos se les inventó una cosa llamada televisión que siempre los arrulla al anochecer, y para todo humano mediano o grande, las cajas parlantes son como los violines de la noche."

FIN

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