lunes, 28 de julio de 2014

El calCeTín aPartaDo

El calcetín siempre anda mirando al mundo con 4 ojos y es que no crean que ellos no miran o sienten ¡al contrario! Si te fijas bien, son un ejemplo de camaradería, porque de alguna u otra manera, se las arreglan para estar siempre unidos, observe usted cuando son lavados, cómo salen lo mas juntito posible y si en el tendedero tienen suerte se quedan hombro con hombro mientras sus entrañas se secan.

Las estaciones pasan sobre ellos, algunos zapatos diferentes y de vez en cuando el peligro de ser secuestrado por el perro de la casa, pero en realidad su vida es tranquila en compañía de su igual.

Cierta mañana, los calcetines se pusieron en sus puestos para hacer su trabajo, cuando de repente uno de ellos estornudó tan fuerte que le salió un hoyo justo en la punta del dedo gordo y de un segundo a otro, éste fue apartado por vez primera. 

Así fue como el calcetín apartado comenzó a tener apodos, "el rotín", "el bocón" "el descocido" el solo"; e incluso le decían "el apestado", aunque su olor no fuera malo, a los
demás calcetines les divertía llamarlo de mil maneras para seguirlo apartando.

Nadie quería ser su pareja, porque junto a él ¡no serían útiles! Así que el calcetín apartado comenzó a vivir en silencio en un rincón de la cajonera, primero esperando el milagro de que alguien lo remendara, pero luego de tantos apodos sólo deseaba que nadie se acordara de él para no recibir burlas y maltratos de los que alguna vez fueron sus "iguales".

Y justo cuando el calcetín apartado creyó que su entera vida sería miserable, una enorme mano lo agarró.

"He de morir mejor, y ya no ser más el calcetín apartado" Se dijo resignadamente.
Las manos lo sacudieron, lo cachetearon, y lo sangolotearon - he de decirles que a los calcetines eso les encanta- y el calcetín apartado supo que volvería a su vida ordinaria, pero no fue así, 

....pues a un calcetín apartado jamás se le da la labor de calzar a los desnudos pies, no señor, a ellos a los apartados se les pone pelo de colores y corbatas moteadas, y como víscera un dorado botón, y lo mejor de todo; se les da un mejor amigo al que jamás de los jamases le será apartado.


FIN

No hay rincones que hagan que permanezcas mil años en la oscuridad, aún si todos creen que te llamas de diferentes maneras. Siempre podrás usar aquella oscuridad para inventar la fosforescencia y descubrir nuevas perspectivas...nuevos mundos y cuando hayas sanado, sera capaz de hacer que este mundo sea mucho mas amigable para todos los calcetines que aún están apartados.

jueves, 20 de diciembre de 2012

EL MAGO DE LA PALABRA






Bueno, bueno, esta historia que les voy a contar, no es una bagatela que debas olvidar, o que la consideres un asunto de leyenda o mito, es una cuestión para que uno abra bien los ojos para darse cuenta que es cierto, y si no me creen, cuando menos lo esperen, serán víctimas del mago de la palabra, si bien que yo lo sé, pues mas de una vez quedé presa de una fiesta de letras que bueno, "pa#180;qué les cuento mas".

Pues resulta que en eras pasadas, había unos ancianos que si bien no contribuían a su comunidad cargando grandes troncos de madera para las chimeneas, o cazaban enormes bestias para el alimento, lo hacían con un asunto mucho mas esencial.
Utilizaban un arma poderosa llamada palabra, y la usaban con tal destreza que aun puedo mirarlos nítidamente a cada anciano, sentado en una hamaca, o quizá en alguna banqueta, - a ellos ya no les importa ensuciarse, es parte de su fantástica virtud que los hace tan sabios y poderosos- y comenzaban a hablar así:

"Cuando joven, trabajaba en una mina de San Luis Potosí, allá por el norte fue donde nací y ahí mismo fue donde aprendí sobre aquellos espíritus de la buena suerte, que siempre te acompañan si devuelves lo extraviado"

Y uno sin saber, caía presa del mago de la palabra y entonces los niños crecíamos devolviendo cosas extraviadas:
"¿Quién sabe si sea cierto, pero por si las "moscas.." Decíamos de niños.

Tanto aprendimos de su palabra que la maldad se quedó sola convirtiéndose en persona oscura, cuyo camino serpenteaba entre las aldeas, y cuando pasaba fuera de las cabañas intentando contagiar de negro la lengua de los habitantes, los ancianos lo remendaban siempre con su dulce palabra.

Fue entonces que la maldad los secuestró llevándoselos en un manto de silencio, dejándonos a todos a merced de su amargura.

Pero no se abrumen catarinas y escarabajos que aunque ya no he vuelto a ver mi abuelo, él me enseño a buscarlo en sueños, o al despertar cuando el alba dibuja todo el jardín o en los crepúsculos cuando las sombras de los árboles se van haciendo chiquitas, -en realidad no importa a qué hora- lo llamo para que me susurre cuentos de miel, cuentos de catarinas o cuentos de cosquillas, para que la persona oscura que llama a mi casa de vez en cuando, se convierta también en mago de la palabra.

Por eso, usa bien las palabras, no digas por decir, esto que te digo, es un arma poderosa, no lo uses para lastimar y sobre todo, cuenta con ella para calmar a los corazones descobijados.
FIN

Dedicado a mi abuelo que sigue contándome historias aun cuando ya no comparta con él la cena de cada domingo.


fotografias sacadas de: https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEizrf9uOPbc-2coJuQvH7L3mSZpr9UfKyeaHlUw9pIoopGJtrmpB6e2FswDfIPglxC4fv8UnjSNqhroSg2SFgJsJaPjJdp9SlAYAhSTo9p-7XKeSoDDT9-oGItu5_7DIOZQT1atr5rUcSL1/s1600/El+viejito+de+Bellas+Artes.JPG

viernes, 7 de diciembre de 2012

EL AMIGO SUICIDA



           Ilustracion de: Jose Abel Gonzalez Pacheco Flores

Iba enfilada junto con otros autos en la hora en que todos salimos de nuestros trabajos.
Como muchos, a veces decido entretenerme escuchando música, otras veces sólo pensando en paparruchas, y otras veces - confieso que son pocas- observo a los rascacielos, ¿quién sabe? Quizá ahí arriba haya algo más interesante que ver a los compañeros automovilistas hurgándose la nariz o cantando como si estuvieran bajo su bañera.

Y una vez descubrí como unos abejorros ingenieros tomando medidas en una pista de aterrizaje para helicópteros, y con envidia notaba cómo se asomaban desde la cornisa midiendo y sumando, y eso si, muy concentrados sin pensar en aquellas tremendas alturas.

Y me gustaba convertirme en un puntito que ellos miran desde el cielo, una marca minúscula que se va moviendo lentamente en compañía de otros

Así pues, fue como conocí a mi amigo suicida, ya que en una tarde de viernes, cuando los autos están más lentos que nunca, pude observar que en el techo de un alto edificio, había una palapa veraniega y sobre ella se presumía un insecto con tenis rojos que se movía de un lado a otro.
Parecía preocupado o desesperado, no se puede saber mucho de tan solo ver como camina un insecto en la orilla de un alto edificio, pero por mi vasta experiencia de observadora de emociones puedo decir, que estaba considerando acabar con su vida.

                       
Y yo, una diminuta catarina, con toda esa impotencia que te da estar en la flemática circulación, sin saber qué hacer, no me quedó mas remedio que agitar mi mano fuera del auto.
"¡Ea! señor insecto de tenis rojos" No brinque ud. de tan alto, que nuestras alas no están hechas para planear desde tan grandes alturas" Le dije "sensatamente"

Pero obvio, aquel insecto no tenia cabeza para mirarme, se veía muy concentrado siguiendo sus propios pasos, moviendo sus manos de un lado a otro, tocándose constantemente la cabeza, una que otra vez se tocaba la cara como si se secara las lágrimas y no quise pensar lo que le provocó llegar hasta ahí.

"¡Ea señor insecto de tenis rojos! Aquí abajo, aquiiii no esta solo ud!" Le grite con mas ahínco mientras los otros automovilistas me veían como una catarina que había perdido la razón (que por cierto, aquel día, quién sabe donde demonios la había dejado, debo confesarlo)

Con tanta fuerza expresé mis ánimos que logré que aquel insecto suicida mirara hacia donde yo estaba, y por fin nos encontramos las caras.
Yo no dejaba de agitar mi mano y sonreírle como si fuésemos viejos amigos, por un instante se quedo inmóvil mientras yo seguía gritándole que no estaba solo.

Al entender mi mensaje el amigo suicida se sentó a llorar, eso si se vio clarísimo, y quise volar hasta donde sus alas vibraban de tanto sollozo para poder acompañarlo, pero como todo lo que empieza termina, inicio la fluidez del el trafico y me alejé de aquel lugar sin perder de vista a mi amigo suicida.
"Adiós amigo suicida! No se vaya a ud. a caer! Yo vendré todos los días a saludarlo"

Le dije mientras ponía mi mano sobre mi frente en forma de visera para contemplar bien clara la sonrisa que le había logrado arrancar.

Al siguiente día, lo busqué nuevamente, y con sorpresa lo encontré muy erguido y con unos binoculares colgados en su cuello, agitando también su mano. Así fue como el amigo suicida me robo una sonrisa en medio del tráfico. Y cada día que pasa, nos buscamos a lo lejos, sólo agitando las manos para saber que uno no esta solo en este mundo bestial.

Así que, si un día tienes un problemas, no dudes en agitar tu mano hacia el cielo, allá arriba siempre habrá alguien que te devolverá el saludo.

jueves, 25 de octubre de 2012

SEÑORA LLUVIA


ILUSTRACIÓN DE JOSE RAUL SANCHEZ CEBALLOS

Cuenta una leyenda, que antes de que existiera la lluvia,  el sol se ponía insolente y  acaloradas las mujeres, solían bañarse  en el río con todo y ropa para refrescarse más tiempo.

Y ahí las tenemos, toditas ellas entrando  al fresco lago que seduciéndolas con lengüetazos primero en las rodillas y luego mas arriba hasta el cuello.

Tanto amaban al río, que una de ellas se zambulló por completo, olvidándose de su niño en la cuna, y cuando éste comenzó a llorar, ella acudió corriendo sin importarle que su ropa dejase un camino de gotas saltarinas.

La mujer se asomó a la cuna salpicando la cara de su niño, refrescándolo como ningún abanico pudiera hacerlo - de ahí que nació la señora brisa, que apenas y nos acaricia por el asomo de unas  gotitas frescas-.

Fue entonces que a partir de la señora brisa, todas las mujeres corrieron a exprimirle sus  faldas  a los niños acalorados, desde los que esperan en la cuna hasta los grandecitos que de mal humor esperan su turno para la cena, y si uno de ellos olía a rebaño de ovejas soñolientas, ¡eran presa de grandes faldas  rebosantes de agua fresca que en el lago se cargaban! - de ahí que nació la señora lluvia que desintoxica y aviva los prados, que con su gran rebozo de algodón exprime las nubes desde lo alto porque ha de estar algún niño apestoso, llorón o insolente como el joven sol-.

Por eso, no debes enojarte con la señora lluvia, que lo ve todo y quizá del otro lado del bosque esté lavando un alma sucia que por altanero no la quiso acariciar, así que no temas si oyes truenos y ráfagas, es la señora lluvia que lava a mano su trabajo de verano.

FIN

viernes, 19 de octubre de 2012

EL CANDADITO ORGULLOSO


En mundos así, como el nuestro, donde el hombre roba al hombre, se inventaron unos aditamentos especiales para asegurar las cosas, llamados candados.
Los hay ya de muchos tipos, si el hombre evoluciona, éstos deben evolucionar también, y es que, mientras más formas se inventan para abrirlos, mas candados deben inventarse para así que se cumple un ciclo infinito como el de a lluvia.

Bien pues éste es la historia de un candadito orgulloso que junto con unas  grandes y gruesas cadenas protegían los autos de un edificio justo en la avenida mas grande de la ciudad, si ésa misma que ustedes estas pensando, -si es que son vecinos míos, claro está- y si no lo son, imagínense una avenida llena de autos y gente, que pasan las 24 horas del día y que los ruidos acallados de la media noche no existen.



Bien pues este candadito todas las mañanas era apreciado por su dueño:

“Gracias candadito por cuidarme el auto” Decía el hombre que todas las mañanas muy alegre se iba a trabajar y por las noches, nuevamente el candadito era unido con las cadenas para resguardar el transporte preciado.

“Cadena corriente, ya te estás oxidando” Le dijo un día el candadito orgulloso a su compañera de trabajo mientras aguardaban a su dueño para que los uniera nuevamente.

“Candadito orgulloso, no importa qué color tenga si seguimos cuidando igual de bien” Respondió la cadena ofendida.

Pero el candadito presumido seguía criticando a la cadena oxidada, al árbol que se contoneaba en otoño y que dejaba caer sus hojas al automóvil de su dueño…tanto se quejaba que nadie quiso ser más su amigo.

“Ahí esta el candadito orgulloso, ¡qué bueno que es de noche y tiene la bocasa cerrada uniendo a las cadenas! Así no hablará de lo útil que es en este mundo, es chocante…”

Decían mis amigas las hormigas que se tambaleaban al cruzar las cadenas al transportar su comida.

Hasta que un día, el dinero desapareció, todo, en todos lados era regalado, el ingeniero que armaba autos no cobró ni un centavo mas porque el botánico accedió a publicar su fórmula para hacer mas grandes los tomates en agradecimiento de que el médico no le pidió  ni un céntimo en la operación de los ojos de su niño, quien lo hizo gratis porque estaba demasiado feliz disfrutando del yate que un magnate regaló a la comunidad de la pura alegría de que las tiendas de ropa regalaban todas sus mas finas mercancías ya que la industria textil se puso de fiesta debido a que el casino que tantos borrachos sacaba
se había convertido en un gigante bufete de comida gratis ya que el dueño del casino festejaba que podía volar a todas partes gratis por el resto de su vida ya que los dueños de las aerolíneas también festejaban el regalo de las automotrices por regalaban sus autos…..

¡Ay que cansado fue explicar este ciclo, catarinas y escarabajos,  que es tan simple como el de la lluvia, ¿ahora lo ven?

Así pues, ya no hubo necesidad de usar al candadito orgulloso, ¡nadie tenia necesidad de robar! La cadena oxidada por fin descansó y se dio el tiempo de conocer mas a fondo al árbol bailarín que se volvieron buenos amigos, pero el candadito orgulloso, se quedo así, con la “boca abierta” del coraje, tirado en una esquina esperando vuelvan los viejos tiempos donde el orgullo, el dinero y el poder, lo usen de refuerzo para salvar el sentido capitalista que en otros mundos, los ciegos seguimos persiguiendo.



FIN